Ingredientes (para 6 personas):
- 200-300 gr de pulpo cocido
- 500 ml de leche
- 500 ml del caldo de cocción del pulpo
- 1 cebolla
- 70 gr de harina (5 cucharadas)
- 30 gr de mantequilla
- Sal
- Pimienta
- Nuez moscada
- 2 huevos
- Pan rallado
Preparación:
Cocer el pulpo (¿cómo cocerlo?).Colar y reservar unos 500 ml de caldo de cocción.
Picar en trozos pequeños 300 gr de pulpo (por ejemplo la cabeza y un par de patas, dependiendo del tamaño). Reservar.
Pelar la cebolla y cortar en brunoise (pequeños dados de 1 o 2 mm).
Pochar la cebolla con un poco de mantequilla (unos 10 gr) hasta dorar. Añadir el pulpo y marcar. Reservar.
Preparar un bechamel con leche y caldo de cocción. La cantidad de leche y caldo necesaria (para esta receta he utilizado unos 500 ml de cada uno y 5 cucharadas de harina) dependerá de lo espesa que quieras la salsa. Yo procuro que quede espesa pero sin llegar a ser un bloque muy compacto, de esta manera conseguirás unas croquetas cremosas y sin mucho gusto a harina, pero lo suficientemente densas para poder manejar la masa final.
Agregar el pulpo y la cebolla a la bechamel y mezclar todo.
Colocar en una fuente y dejar templar. Cuando esté fría tapar con papel de aluminio y meter en el frigorífico. Reservar unas horas (o hasta el día siguiente) hasta que la masa esté lo suficientemente compacta para poder trabajarla.
Separar porciones de masa en bolitas de 2-3 cm de diámetro (¿eres de los de croquetilla, croqueta o croquetón?) y con la ayuda de dos cucharas moldear dando forma de cilindro.
Batir un par de huevos y agregar un poco de sal.
Empanar cada croqueta pasándolas primero por huevo y luego por pan rallado.
Termina de dar la forma a la croqueta en el empanado con el pan.
Freír en abundante aceite hasta dorarlas, controlando la temperatura del mismo para no quemarlas pero que tampoco se arrebaten.
Con estas cantidades, te saldrán de 25 a 30 croquetas, ¡no seas bruto y congela unas cuantas (¿necesito aclarar que sin freír?) para otra ocasión!
Ha vuelto a mis manos uno de esos regalos que sueles hacer y que cansada de verlo olvidado en un rincón de la casa de tus padres decides recuperar. Este cacharro (en mi opinión una versión Beta, ¡hace falta la 1.0 y la 2.0!) no es más que un dispensador de masa, una especie de manga pastelera con la que te mancharas un poco menos las manos, evitándote el paso de hacer las bolitas y consiguiendo que todas tenga un tamaño más homogéneo, y sí, te ahorra un poco de tiempo en la elaboración. ¡Os dejo unas fotos del proceso y ya vosotros decidís!
(Dificultad: media)
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