Ingredientes (de 2 a 3 piezas):
- 300 gr de pechuga de pollo
- 300 gr de jamón cocido
- 4 huevos
- 6 quesitos
- 1 lata de paté
- 1 litro de vino blanco
- Sal
- Pimienta
Preparación:
Para esta receta necesitas que la pechuga y el jamón cocido estén picados. Si dispones de alguna máquina picadora en casa, puedes hacerlo tú mismo, pero si no es así, pide en la carnicería que te lo pasen por la maquina de picar carne. Otra opción sería desmenuzarlos lo mas finamente posible con un cuchillo. Los resultados son mejores si la carne y el jamón están pasador por la picadora.
Mezcla en un bol el pollo y el jamón cocido. Adereza con sal y pimienta molida al gusto.
Incorpora a la mezcla una lata de paté y 6 quesitos desmenuzados. Trabaja con las manos (¡debidamente higienizadas!) hasta unificar bien todos los ingredientes.
Añade 4 huevos y vuelve a mezclar.
Tapa con un film transparente y deja reposar en la nevera durante una noche.
Divide la mezcla en 2 o 3 partes.
Coloca cada porción sobre un trozo de papel de aluminio y envuelve la carne con él dándole forma de rulo. Procura apretar la mezcla para que quede lo más compacta posible y sin aire.
Sella los extremos del papel como si fuese un caramelo gigante.
Coloca los rulos en una olla grande y cubre con vino blanco*.
Cuece a fuego lento hasta consumir el vino**.
Deja enfriar y retira el papel de aluminio de la cocción.
Envuelve en un nuevo papel de aluminio o de plástico y conserva en el frigorífico durante al menos un par de horas antes de consumirlo.
Servir frío cortado en rodajas.
Puedes acompañarlo de una mayonesa casera o un aceite aromatizado.
*Utiliza un vino de mesa suave sin demasiado cuerpo para evitar que se potencie mucho el sabor.
** Debes vigilar que la cocción sea uniforme y controlar el final del proceso para no quemar el fiambre.
(Dificultad: baja)
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